viernes, 23 de marzo de 2007

EL PAIS ANGEL LABORDA

Cuidado con la inflación
Cuidado con la inflación
ÁNGEL LABORDA 18/03/2007
Los datos más relevantes de la semana última sobre la coyuntura española han sido la Balanza de Pagos de diciembre, la Encuesta Trimestral de Coste Laboral del cuarto trimestre de 2006 y el IPC de febrero. Los flujos de intercambios de mercancías con el exterior, que comentamos el domingo anterior a partir de las estadísticas de Aduanas, dieron lugar a un déficit comercial equivalente al 8,2% del PIB, siete décimas porcentuales (dp) más que en 2005. El resto de rúbricas de la balanza por cuenta corriente, que años atrás solían compensar gran parte de este déficit, también evolucionaron negativamente hasta registrar conjuntamente un déficit del 0,6% del PIB, de forma que el de la balanza corriente ascendió al 8,8% del PIB. Todo un récord, que nos sitúa por delante de EE UU, donde este déficit alcanzó un 6,5% de su PIB. También disminuyeron las transferencias de capital procedentes de los fondos de la UE (aún disminuirán más en próximos años), de forma que la necesidad de financiación frente al resto del mundo se situó en una cifra equivalente al 8,2% del PIB, 4 dp más que la estimada por el INE hace unas semanas en la Contabilidad Nacional Trimestral
Pero no queda ahí nuestra voracidad de recursos financieros exteriores: mientras que las inversiones directas de los extranjeros en España (13.591 escasos millones de euros) disminuyeron un 26% (otro signo preocupante de la falta de competitividad de la economía española), las de los españoles en el exterior (61.437 millones) se duplicaron. Todo ello se traduce en un fuerte aumento de nuestra posición deudora de inversión neta internacional (activos menos pasivos), que a finales del tercer trimestre ascendía a 526.400 millones de euros, casi un 54% del PIB de 2006, el doble que cinco años atrás. En esto también superamos ampliamente a EE UU. En todo caso, estas cifras no son buenas ni malas por sí mismas, reflejan fundamentalmente la rápida expansión de las empresas españolas en el exterior y la elevada tasa de inversión en capital fijo de nuestra economía. La clave está en que todas esas inversiones produzcan rendimientos suficientes para hacer frente a los costes financieros que acarrean y a la amortización del principal. Esperemos que los que se están endeudando y los que les prestan hagan bien los números.
La inflación se mantuvo en febrero en el 2,4%, gracias a la moderación del precio del petróleo (gráfico izquierdo). Las previsiones, aunque han empeorado ligeramente al repuntar dicho precio desde finales de febrero, siguen apuntando a una caída por debajo del 2% en los meses centrales del año. No obstante, no podemos dar por ganada la batalla contra ella. Si excluimos los elementos volátiles, la llamada inflación subyacente subió al 2,8%, que es la cifra hacia la que tenderá la inflación total al final de año una vez que la energía deje de actuar como elemento moderador. Por otro lado, el diferencial con la UEM (en torno a un punto en términos de inflación subyacente, como se ve en el gráfico central) sigue siendo elevado, y lo es todavía más en términos de costes laborales por hora (gráfico derecho), sin que el avance de la productividad lo compense. Especialmente grave es el diferencial de costes y de productividad con Alemania, la economía que vuelve a marcar los tiempos en Europa. Éste es el verdadero problema de la economía española, que amenaza su futuro y al que los dirigentes políticos deberían dedicar todos sus esfuerzos.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS
http://www.elpais.com/articulo/economia/Cuidado/inflacion/elpepueconeg/20070318elpnegeco_3/Tes

TRIBUNA: COYUNTURA NACIONAL ÁNGEL LABORDA
El comercio en 2006
Conocimos hace un par de semanas los datos de comercio exterior de diciembre en términos de Aduanas. Estos datos tienen muchos problemas en cuanto a calidad y a su correcta periodificación, y ello explica la extrema volatilidad de sus tasas de variación, como puede observarse en los gráficos adjuntos. Concretamente, los de diciembre fueron anormalmente bajos por lo que respecta las importaciones, lo que permitió a los contables nacionales presentar una mejora en la aportación del saldo exterior al crecimiento del PIB. Estamos ante la típica estadística administrativa que se origina como un subproducto de la gestión y que, como tal, no es tratada por profesionales para extraer de ella señales y datos correctos para el análisis de la coyuntura y para la contabilidad nacional. Ahí el INE debería decir algo.
Pero vayamos al fondo, los datos. Como se ve en el gráfico derecho, las exportaciones comenzaron el año con un fuerte repunte en sus tasas de crecimiento, recuperándose del bache de 2005. Sin embargo, tras ese fuerte tirón del primer trimestre, se desinflaron en el segundo y tercero, volviendo a mejorar moderadamente en el cuarto. En el conjunto del año crecieron un 5,6% en volumen (la misma cifra ha estimado el INE en términos de contabilidad nacional). A primera vista, sobre todo después del estancamiento de 2005, esta tasa parece muy positiva, pero no lo es tanto. El comercio mundial creció por encima del 9% en volumen, lo que quiere decir que, un año más, España perdió cuota de mercado. Además, este año no puede argüirse, como años atrás, que ello fuera debido a que nuestros principales mercados, los europeos, estaban estancados, ya que las importaciones de los países de la UE crecieron por encima de las importaciones mundiales. Es precisamente en los mercados europeos donde hemos perdido claramente cuota, ya que las exportaciones a ellos sólo aumentaron un 3% (gráfico derecho). Está claro que la pérdida de competitividad derivada del persistente diferencial de inflación y la competencia de los países emergentes nos sitúan en retirada en los mercados europeos. Por eso, los esfuerzos deben dirigirse a terceros mercados, donde nuestra presencia es escasa, especialmente en Asia. En este sentido, la nota positiva es que las exportaciones fuera de la UE crecieron un 12%, lo que significa que ahí ganamos cuota.
Por lo que respecta a las importaciones, mantuvieron un crecimiento elevado y más sostenido durante todo el año, alcanzando un 8,6% en media anual. Su perfil mostró una ligera tendencia al alza, de forma coherente con la fortaleza que, un año más, siguió mostrando la demanda interna. Es significativo, a este respecto, el aumento de las compras de bienes de consumo no alimenticio, cercano al 10% en volumen. En cambio, las de bienes de capital se desaceleraron notablemente respecto a los años anteriores, lo que no es muy coherente con el fuerte aumento de la inversión en capital fijo estimado por la contabilidad nacional.
En términos nominales, el crecimiento de las exportaciones (10,6%) se aproximó más que en los tres años anteriores al de las importaciones (12,2%), lo que se plasmó en un crecimiento del déficit comercial inferior, si es que el 15,3% de aumento puede calificarse de inferior. La tasa de cobertura bajó al 65,4%, lo que significa que el valor de nuestras ventas en el exterior cubre menos de las dos terceras partes de lo que compramos. Somos unos aprovechados. Mientras nos dejen...
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
http://www.elpais.com/articulo/economia/comercio/2006/elpepueconeg/20070311elpnegeco_4/Tes

TRIBUNA: ÁNGEL LABORDA
Superávit insuficiente
Las cuentas de las administraciones públicas (AA PP) de 2006 se cerraron con un superávit de casi 18.000 millones de euros, un 75% más que en 2005. Esta cifra representa el 1,8% del PIB, siete décimas porcentuales (dp) más que en 2005, en el que se consiguió el primer superávit público en treinta años, si bien, eliminando la operación extraordinaria y puramente contable de la asunción de la deuda de Renfe en 2004, ya se hubieran registrado cifras positivas en ese año, como puede verse en el gráfico izquierdo
También en el conjunto de la UEM está mejorando el saldo de las AA PP (gráfico central), si bien registra aún un déficit del orden del 2% del PIB, según las previsiones de la Comisión Europea de otoño último (quizás algo menos, pues los datos adelantados por algún país mejoran, como en España, las previsiones). Como en el resto de variables macroeconómicas, es sorprendente comparar la evolución del déficit público (los economistas utilizamos usualmente la palabra déficit para referirnos al saldo de las cuentas públicas, aunque éstas estén en superávit) en España y en la UEM en los últimos años. La zona partía de un ligero superávit en 2000, que se tornó en déficit de más del 3% del PIB en 2003, año en el que varios países, entre otros, Alemania, Francia e Italia, sobrepasaron ampliamente el límite del 3% del Pacto de Estabilidad. Las medidas correctoras impuestas por el pacto y la mejora de la coyuntura económica han enderezado esa situación hasta la cifra señalada para 2006. En España, en cambio, se partía de un déficit de casi el 1% del PIB en 2000 y la cifra ha ido mejorando todos los años hasta el superávit comentado. Como consecuencia, la deuda pública también ha evolucionado de forma bien diferente: se ha mantenido en los aledaños del 70% del PIB en la UEM (también por encima del 60% que marca el Pacto de Estabilidad), mientras que en España ha descendido del 59% al 39,8% del PIB (gráfico derecho).
¿Qué es lo que explica la diferente evolución del déficit en España y la UEM? En alguna medida, el ciclo, es decir, el diferencial de crecimiento del PIB. Según estimaciones propias para España y de la Comisión Europea para la UEM, entre 2000 y 2006 el componente cíclico del déficit de la eurozona se deterioró en 1,2 puntos porcentuales (pp) del PIB, mientras que en España lo hizo en 0,3 pp. También el capítulo de intereses de la deuda explica una parte de la diferencia, ya que en este periodo ha disminuido 1,6 pp del PIB en España y 1 pp en la UEM. Queda la parte del déficit más directamente relacionada con la actuación fiscal discrecional de los gobiernos, el llamado saldo estructural primario o saldo ajustado del ciclo sin intereses. Éste se ha deteriorado en 1,8 pp en la UEM, mientras ha mejorado 1,4 pp en España. Es decir, casi el 70% del mejor comportamiento del déficit público en España con relación al de la UEM obedece a una mejora de las buenas, a las que los economistas solemos denominar como estructurales.
Ahora bien, al margen de que en España las cuentas del sector público se estén llevando mejor que en el resto de la eurozona, cabe hacerse, entre otras, una pregunta importante: si la política fiscal está actuando adecuadamente para encauzar a la economía española por una senda sostenible a largo plazo. Los lectores asiduos a esta columna ya saben mi opinión: la restricción fiscal es insuficiente y las administraciones públicas harían bien en moderar su gasto, que crece notablemente por encima del PIB.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
http://www.elpais.com/articulo/economia/Superavit/insuficiente/elpepueconeg/20070304elpnegeco_3/Tes

TRIBUNA: COYUNTURA NACIONAL ÁNGEL LABORDA
La macro de 2006
La contabilidad nacional del cuarto trimestre del pasado año confirmó el crecimiento del PIB en un 4% respecto al mismo periodo del año anterior. Para el conjunto del año dicha tasa alcanzó el 3,9%. El ritmo de crecimiento va ganando velocidad, pues un año antes esta tasa era del 3,6%. Ahora bien, la aceleración es modesta, inferior a lo que nos tenía acostumbrados la economía española en otras fases cíclicas expansivas e inferior también a la que ha registrado la Unión Europea en su conjunto, cuya tasa ha pasado del 2% al 3,4% en el mismo periodo. Como consecuencia, el diferencial a favor de España se ha estrechado notablemente, hasta el punto de que, si lo medimos en términos de renta per cápita, que es el indicador más representativo del bienestar económico, ha pasado a ser negativo en los últimos trimestres. La causa es, obviamente, que la población crece en España aproximadamente un punto porcentual más que en la UE debido a la inmigración. En el conjunto del pasado año el PIB per cápita ha crecido en España prácticamente lo mismo que en la UE-25, un 2,5%, por lo que el índice relativo a la media de la zona se ha mantenido estable en torno al 98% (91% si la referencia es la antigua UE-15). El objetivo del Plan Nacional de Reformas de alcanzar el 100% en 2010, que en una ocasión califiqué en esta columna como de poco ambicioso, ahora no lo parece tanto.
El problema reside en el tantas veces señalado escaso avance de la productividad del trabajo, que el pasado año aumentó un 0,8% en España frente a aproximadamente un 1,8% en la UE-15. Puede argüirse, no obstante, que éste es uno de los aspectos positivos que muestran las últimas cifras de la economía española, pues, como se ve en el gráfico central, al menos la tendencia es buena, habiendo alcanzado el 1% en el último trimestre, seis décimas más que un año antes. Ahora bien, ello es consecuencia de la fuerte recuperación cíclica de la productividad en el sector industrial, mientras que en la construcción y los servicios de mercado no sólo se avanza poco, sino que se retrocede. Excluyendo el sector agrario y los servicios de no mercado (fundamentalmente administraciones públicas), la productividad retrocedió el pasado año un 0,2%, frente a un aumento del 0,3% en el año anterior. Como la oferta de trabajo es amplia y los salarios bajos, a las empresas no les preocupa demasiado la productividad, sobre todo en aquellos sectores donde es fácil mejorar la cuenta de resultados subiendo precios.
Otro frente en el que, con las cifras en la mano, también parece avanzarse es en el de los desequilibrios. No es que disminuyan, sino que crecen más despacio que en los dos años anteriores. La aportación negativa del saldo exterior al crecimiento del PIB se redujo a 0,9 puntos porcentuales (pp) en el último trimestre y a un punto en la media del año, frente a 1,7 pp en 2005 y 2004 (gráfico izquierdo). A su vez, el déficit por cuenta corriente "sólo" aumentó en 2006 un punto porcentual del PIB (hasta el 8,5%), frente a 1,6 pp en 2005 y 1,9 pp en 2004. Ahora bien, me temo que estos cálculos son muy provisionales y que, cuando dentro de uno o dos años conozcamos los definitivos, los progresos serán mucho menores. Lo mejor de este déficit es que, como se ve en el gráfico derecho, obedece al fuerte aumento de la tasa de inversión nacional, mientras la de ahorro permanece estable. En resumen, buenas cifras las de 2006, sobre todo si no escarbamos mucho en ellas, pues si lo hacemos, veremos que no es oro todo lo que reluce.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
http://www.elpais.com/articulo/economia/macro/2006/elpepueconeg/20070225elpnegeco_4/Tes

TRIBUNA: COYUNTURA NACIONAL ÁNGEL LABORDA
Demasiada grasa
Como venimos comentando en las últimas semanas, los indicadores de producción, demanda y empleo muestran un notable dinamismo de la economía española, que, dado el contexto internacional, el escenario monetario y fiscal (la reforma de los impuestos de la renta personal y de las sociedades va a dejar en los bolsillos de los hogares y de las empresas rentas disponibles equivalentes al 0,4% del PIB) y nuestra integración en el gran invento del euro se mantendrá durante 2007. A ello se suma la brusca reducción de la inflación, como consecuencia de la bajada del precio del petróleo, que, según avanzan los modelos de predicción, continuará en los próximos meses, si dicho precio se mantiene en los niveles actuales.
Todo ello parece pintar un panorama de nuestra economía muy positivo, en el que las cosas siguen yendo bien y la expansión se prolonga más allá de lo que pensábamos los analistas de la coyuntura. Sin embargo, cuando se hace una radiografía completa, juntando a los indicadores mencionados otros que nos muestran la evolución económico-financiera de los hogares y empresas, vuelven a asaltarnos las dudas sobre la salud de nuestra economía y la sostenibilidad a largo plazo de esta fase expansiva.
Esta semana hemos conocido la Contabilidad Trimestral No Financiera de los Sectores Institucionales (CTNFSI) que viene elaborando el INE desde hace un año. Tomando sumas móviles de cuatro trimestres para soslayar la elevada estacionalidad de estas cifras, vemos que el consumo de los hogares, a precios corrientes, que venía desacelerándose suavemente desde 2005, vuelve a orientarse al alza creciendo a una tasa media en los cuatro últimos trimestres del 7,5% (gráfico izquierdo). En cambio, el crecimiento de su renta disponible se orienta a la baja y se sitúa por debajo del 6%. La causa de ello es la evolución de las rentas no salariales netas (gráfico central), que muestran una intensa desaceleración al verse mermadas por los crecientes pagos por intereses.
Como consecuencia, el ahorro se viene abajo y disminuye a un ritmo anual del 8%. La tasa de ahorro (porcentaje del ahorro sobre la renta disponible) se reduce a marchas forzadas, pasando del 10,6% en el cuarto trimestre de 2005 al 9,3% en el tercero de 2006. Mientras disminuye el ahorro, la inversión de los hogares en capital fijo (fundamentalmente vivienda) sigue disparada, a tasas del 13%, lo que origina una necesidad de financiación (déficit) cada vez mayor, que en los últimos cuatro trimestres ascendía a una cifra equivalente al 3,2% del PIB. Por eso el endeudamiento avanza tan rápidamente. Esto no ha ocurrido nunca en la economía española, pues los hogares siempre tenían capacidad de financiación (superávit), de la que se nutrían las empresas y el sector público. Aunque a este último le sobra ahora el dinero (menos mal, porque si no el cuadro sería grave), el resultado es que el conjunto de la economía presenta un déficit rampante frente al exterior, del orden del 8% del PIB (gráfico derecho).
La integración en el euro es la que ha permitido que el déficit y el endeudamiento hayan llegado a cotas impensables hace unos pocos años. También es la causa de que esta situación pueda prolongarse en el corto plazo, posibilitando ese "dinamismo" de la economía española. Pero, a la larga, esta excesiva grasa que están acumulando los hogares pasará factura.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
http://www.elpais.com/articulo/economia/Demasiada/grasa/elpepueconeg/20070121elpnegeco_4/Tes

TRIBUNA: COYUNTURA INTERNACIONAL ÁNGEL LABORDA
Recuperación industrial
Hace justo un año comentaba en esta columna la coyuntura por la que atravesaba el sector industrial español desde 2002: un débil crecimiento de la producción y del valor añadido bruto (VAB), que contrastaba con el dinamismo de los sectores de la construcción y los servicios, de forma que podía hablarse de una economía dual: cuasi-estancamiento de los sectores expuestos a la competencia internacional y fuerte crecimiento de los ajenos a dicha competencia. También en el resto de países europeos la industria mostraba los mismos síntomas, aunque no en todos ellos por igual: Francia y sobre todo Italia mostraban datos aún peores que España, mientras que Alemania se recuperaba con fuerza del bache de 2001-2003 (gráfico izquierdo).
También se observaban acusadas diferencias en el comportamiento de las distintas ramas dentro de la industria española: caídas -fuertes en algunos casos- de la producción en textil, confección, cuero, muebles, química, maquinaria, equipos informáticos, material electrónico e industrias extractivas; y resultados relativamente positivos en alimentos y bebidas, edición, metalurgia y productos metálicos y material eléctrico; la importante industria del motor y material de transporte se comportó dignamente en 2003 y 2004, pero sufrió una contracción en 2005.
En estos años hay algo que a mí siempre me llamó la atención en el comportamiento del sector industrial español: inmerso como estaba en un estancamiento, con pérdidas arrastradas de competitividad-precio a causa del persistente diferencial de costes con el resto de países de la UEM, con un fuerte aumento del precio de la energía y con pésimas perspectivas en muchos subsectores por la competencia de los países emergentes, era de temer un ajuste importante del empleo con el fin de aumentar la productividad, bajar costes por unidad producida y mantener la competitividad y la rentabilidad. Y ciertamente, en el trienio 2002-2004 se produjo una caída del empleo, pero de pequeña entidad y que se detuvo en 2005 (gráfico central). Con ello, la productividad desde 2002 a 2005 aumentó a un escaso 1,1% anual, tasa que duplica la del conjunto de la economía, pero que queda muy lejos del 4% alemán.
Continuando con las sorpresas, en estos años se produjo una aceleración de los salarios (probablemente por los costes de los despidos), todo lo cual se tradujo en un aumento de los costes laborales por unidad producida (CLU) muy superiores a los alemanes, al tiempo que el excedente de explotación (EBEU) prácticamente se estancaba (gráfico derecho). Es decir, no se observan apenas ajustes en un sector que aparentemente se enfrenta no a una mala coyuntura sino a problemas estructurales profundos.
En esta situación se ha producido la recuperación de 2006, en paralelo a la observada en la UEM. El crecimiento de la producción industrial alcanzó un 3,7% en España, casi tres puntos porcentuales más que en Francia, punto y medio más que en Italia, pero casi dos puntos por debajo de Alemania. No salimos mal parados de la comparación. Por otra parte, el aumento de la producción permitió un notable avance de la productividad, una moderación de los CLU y una recuperación de la rentabilidad. Esto viene a ser un respiro coyuntural, pero no puede considerarse una superación de los problemas. Si no se diseñan estrategias de largo plazo y se apoya al sector, los recursos seguirán huyendo de él. La cuestión es: ¿hacia dónde?
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
http://www.elpais.com/articulo/economia/Recuperacion/industrial/elpepueconeg/20070211elpnegeco_3/Tes

TRIBUNA: ÁNGEL LABORDA
Europa se lanza
Sin duda, la información estrella de la semana han sido los avances del crecimiento del PIB en el cuarto trimestre del pasado año en España, en la eurozona y en la UE. El dato español se ajustó a lo esperado, un 4% en tasa interanual, que, promediado con el de los tres trimestres anteriores, supone un crecimiento medio anual del 3,8%. Más sorpresa constituyó el crecimiento en el resto de países de la eurozona, cuya tasa interanual aumentó cinco décimas respecto al trimestre precedente para situarse en el 3,3% (véanse gráficos adjuntos). La media anual alcanzó un 2,8%, siete y dos décimas más de lo que preveía la Comisión Europea en la primavera y el otoño últimos, respectivamente.
Definitivamente, la recuperación de la economía europea, que se inició en la segunda mitad de 2005 y por la que hasta ahora nadie daba un duro, parece consolidarse y coger más fuerza de lo esperado. Parte de esa aceleración obedece al adelanto de compras ante las subidas de impuestos indirectos que se han producido en Alemania e Italia a comienzos de este año, pero, al margen de dicho efecto, subyacen elementos más permanentes que permiten ser optimistas. Alemania, tras muchos años de ajuste duro y silencioso, ha recobrado su competitividad, lo que explica la fortaleza de las exportaciones y de la inversión de las empresas, que ya se traduce en creación de empleo y disminución del paro. Ahora falta -y a buen seguro que esto se producirá a lo largo de este año- que los consumidores vean el porvenir con más confianza, y a los dos motores del crecimiento señalados se una el consumo de los hogares. Por eso, me parece que el crecimiento del PIB de la eurozona para 2007 se situará más cerca del 3% que del 2% que se ha estado barajando hasta ahora. En todo caso, tanto para la eurozona como para España, el avance del cuarto trimestre no ofrece todavía datos desagregados para analizar con más detalle las bases y tendencias del crecimiento. Tendremos ocasión de comentarlas cuando dispongamos de dichos datos.
Otra información importante fue la de la balanza de pagos de noviembre publicada por el Banco de España. El déficit por cuenta corriente, cuyo crecimiento se moderó durante el tercer trimestre del pasado año, vuelve a aumentar fuertemente en los meses de octubre y noviembre. Las importaciones se han acelerado como consecuencia de la nueva fortaleza de la demanda interna de consumo y, sobre todo, de inversión en capital fijo (signo evidente, por otra parte, de que los empresarios no vislumbran un cambio de la tendencia expansiva de nuestra economía a corto plazo). Además de ello, el déficit de la balanza de rentas también se ha disparado como consecuencia del fuerte aumento del endeudamiento frente al exterior y de la subida de los tipos de interés, y lo mismo ocurre con el de transferencias corrientes, a causa de los fuertes flujos al exterior en concepto de remesas de inmigrantes. También disminuyen los flujos provenientes de los fondos estructurales de la UE (transferencias de capital). A falta del mes de diciembre, puede estimarse que el déficit corriente habrá alcanzado en 2006 una cifra equivalente al 9% del PIB. Si a ello añadimos las inversiones de España en el exterior (directas, en cartera, préstamos, depósitos, etcétera), la economía española habrá necesitado financiación externa por más del 22% de su PIB, cifra increíble que sólo puede alcanzarse por nuestra pertenencia a la eurozona. Y a pesar de ello, el euro no acaba de estar bien visto entre la ciudadanía.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS
http://www.elpais.com/articulo/economia/Europa/lanza/elpepueconeg/20070218elpnegeco_3/Tes

ANÁLISIS: COYUNTURA NACIONAL
Previsiones al alza
Al finalizar 2006, comentaba en esta columna las previsiones macroeconómicas que teníamos la mayoría de los analistas y el propio Gobierno para 2007. En síntesis, éste debería ser otro buen año en cuanto a crecimiento, generación de empleo y beneficios de las empresas, si bien, con un perfil de ligera desaceleración, de forma que el crecimiento medio anual del PIB se situaría unas décimas por debajo del 3,7% que esperábamos para 2006. Ha pasado sólo un mes desde entonces y, en mi opinión, estas previsiones ya se van quedando obsoletas.
Para empezar, el año 2006 parece que va a terminar algo mejor de lo que estimábamos. Casi la totalidad de los indicadores de producción, demanda interna y empleo muestran una renovada fortaleza en el cuarto trimestre, destacando (¿de dónde sacarán los hogares tantos recursos?) el repunte del consumo. También la inversión en capital fijo y, en general, toda la demanda interna ha vuelto a acelerarse, ante el asombro de este y otros analistas, que venimos anunciando desde hace años su necesaria moderación. El asombro continúa, pues este comportamiento de la demanda interna lleva aparejado, como es lógico y coherente, un nuevo repunte de las importaciones, al tiempo que las exportaciones de mercancías pierden fuelle, lo que supone una vuelta atrás en el proceso de reequilibrio del patrón de crecimiento que lentamente se estaba produciendo. Es decir, crecemos más, pero a costa de aumentar los ya elevados desequilibrios. La misma historia desde hace seis o siete años. El caso es que los analistas seguimos pensando que este patrón es insostenible (ni que fuéramos aragoneses). Eso sí, antes añadíamos "a medio y largo plazo" y ahora sólo nos quedamos con un atemporal "a largo plazo".
Y es que, al menos por lo que respecta a 2007 y muy probablemente a 2008, no parece que vaya a cambiar mucho ese patrón tan denostado. Como he señalado, el crecimiento del PIB parece haber mantenido la senda ascendente en el cuarto trimestre del pasado año. Además, dicen las fuentes bien informadas que probablemente el INE revise al alza los datos de los trimestres anteriores. Con ello, la tasa interanual podría irse al 4%, tal como ha avanzado el Banco de España. No parece que las cosas estén dándose la vuelta en el comienzo de 2007. Ahí están los datos de la afiliación a la Seguridad Social o las ventas de coches en enero.
Por otra parte, Alemania está revisando sus previsiones al alza. Todo ello me lleva a concluir que, al menos durante el primer semestre del año, el crecimiento del PIB no se desviará mucho del 4%. Sigo pensando, sin embargo, que la demanda interna recobrará su tendencia de ligera moderación a partir del segundo o tercer trimestre, cuando empiecen a notarse los efectos de las subidas de los tipos de interés, y, como no veo a las exportaciones tomando el relevo, el ritmo de crecimiento del PIB también se irá reduciendo progresivamente hasta el entorno del 3,5% en el cuarto trimestre.
Con ello, la media anual se situaría en una cifra similar a la de 2006, un 3,8%, en vez del 3,4% que preveía hace un mes, y quizá me quede de nuevo corto. La desaceleración podría intensificarse durante 2008, si es que el tan anunciado ajuste de la demanda de viviendas se materializa. Por ello, la tasa media anual para dicho año desciende al 3,1% (gráfico izquierdo). Aun así, el déficit de la balanza de pagos por cuenta corriente se va al 10% del PIB. Increíble.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros
http://www.elpais.com/articulo/economia/Previsiones/alza/elpepueconeg/20070204elpnegeco_2/Tes

TRIBUNA: COYUNTURA NACIONAL ÁNGEL LABORDA
El IPC en 2006
Con el dato de diciembre, conocido el pasado viernes, se cierra el año 2006 en cuanto a la inflación se refiere. El año arrancó mal, con una tasa interanual del IPC superior al 4% en enero (gráfico izquierdo). Eran tiempos en los que el precio del petróleo mostraba una fuerte tendencia al alza y había superado los 60 dólares el barril, casi veinte más que un año antes. Éste aún continuaría al alza, hasta alcanzar 70 dólares en abril, obligando a revisar mes tras mes las previsiones de inflación para el resto del año. Las publicadas en esta página de Negocios el 14 de mayo contemplaban una tasa para el final de 2006 del 3,6%, casi un punto porcentual más que las realizadas en el mes de noviembre de 2005 (gráfico central). El panorama cambió, sin embargo, a partir de septiembre, cuando la cotización del petróleo registró una corrección importante, situándose en torno a 60 dólares en los últimos cuatro meses del año. Ello ha permitido que, al final, la inflación anual se situara en diciembre en el 2,7%, curiosamente la misma cifra prevista en noviembre de 2005. Es decir, la evolución del precio del petróleo, extremadamente volátil (gráfico derecho), ha condicionado de forma muy importante la marcha de la inflación en 2006. En términos medios anuales, ésta se ha situado en el 3,5%, una décima porcentual más que en 2005, aunque con perfiles contrarios a lo largo del año, al alza en 2005 y a la baja en 2006.
Por supuesto, el mismo condicionante sufrió la inflación en la zona del euro, aunque en el conjunto de estos países el impacto del petróleo es menor que en España, debido al mayor peso que tienen los impuestos (la mayor parte de los cuales son una cantidad fija por litro o tonelada) en el precio final de la energía. Ello explica que el diferencial de inflación con dicha zona aumentase hasta 1,9 puntos en enero y disminuyese posteriormente a 0,8 puntos en diciembre. Por eso, las variaciones mensuales del mismo no deben interpretarse de forma directa y lineal como ganancias o pérdidas de competitividad, sino que hay que analizar los datos con más perspectiva temporal y conjugarlos con otros indicadores de inflación. En términos de media anual, el diferencial ascendió a 1,4 puntos, cifra similar a la que se obtiene a partir de los costes laborales por unidad de producto, que sin duda supone una pérdida de competitividad notable. El principal problema que tienen nuestras autoridades para atajar este diferencial es que ya no disponen de la política monetaria. Por ello, la respuesta debe ser introducir más competencia y flexibilidad en los distintos mercados.
La nueva orientación a la baja del precio del petróleo supone una mejora notable de las ya favorables previsiones de inflación para 2007 que hacíamos unos pocos meses atrás. Bajo la hipótesis de que dicho precio se sitúe en torno a 60 dólares (ahora está por debajo de 55), la tasa interanual del IPC registraría una caída hasta el 1,6% en los meses del verano, si bien repuntaría de nuevo para cerrar el año en el 2,6%. La media anual se situaría en un 2,1%. Poniéndonos más pesimistas, con el barril de petróleo aumentando progresivamente hasta 70 dólares al final del año (65 dólares en media anual), la inflación media anual se elevaría al 2,5% y la de diciembre, al 3%. Quitemos seis o siete décimas a las primeras cifras y tendremos unas previsiones para la eurozona claramente por debajo del 2%. O el BCE se da prisa en subir sus tipos al 4% o le va a ser muy difícil luego argumentar su subida.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS)
http://www.elpais.com/articulo/economia/IPC/2006/elpepueconeg/20070114elpnegeco_3/Tes

TRIBUNA: COYUNTURA NACIONAL ÁNGEL LABORDA
Empleo y paro en 2006
El pasado viernes conocimos los datos de la EPA del cuarto trimestre de 2006, con lo que ya podemos hacer un breve análisis de la evolución del mercado laboral en el conjunto del año. En resumen, puede decirse que 2006 fue un año muy parecido a los tres o cuatro anteriores en cuanto a las tendencias de la oferta (población activa) y demanda (ocupados) de trabajo, y por tanto del paro: se sigue creando mucho empleo, pero la tasa de paro desciende muy lentamente, debido a que la población que se incorpora al mercado laboral también crece fuertemente.
Comenzando por la población activa (personas que trabajan o buscan trabajo), en 2006 hubo en media 21.584,8 activos, un 3,5% más que en 2005. Este crecimiento, similar al de los años precedentes (gráfico izquierdo), sigue siendo el más alto entre las principales economías de la UE, y se explica por la inmigración y por la imparable incorporación de la mujer al mercado laboral. Teniendo en cuenta que la población en edad de trabajar (16-64 años) avanzó a mucho menor ritmo (un 1,7% anual), la tasa de actividad de este grupo de edad siguió aumentando rápidamente. De un 59% en 1995 hemos pasado a casi el 72% en 2006, con lo que estamos en la media de la UE, cuando en 1995 estábamos más de ocho puntos por debajo.
De la cifra señalada de activos, un 91,5% estuvieron ocupados y el 8,5% restante, parados. El número de ocupados aumentó un 4,1% en media anual, siete décimas porcentuales menos que en 2005. Ahora bien, las tasas de crecimiento de los ocupados estimados por la EPA en los dos últimos años parecen estar sesgadas al alza por la regularización de inmigrantes llevada a cabo a partir del segundo trimestre de 2005, sesgo que se nota mucho más en las cifras de los afiliados a la Seguridad Social (gráfico central). Ello explicaría que dichas tasas crezcan bastante por encima del PIB (3,5% en 2005 y 3,8% en 2006), lo que implicaría que la productividad por ocupado no sólo aumentara poco sino que cayera de forma notable. De hecho, el propio INE, en la contabilidad nacional, se distancia de las cifras de la EPA y de la afiliación a la Seguridad Social, al estimar un crecimiento de las personas ocupadas del 3,8% en 2005 y del 3,4% en los tres primeros meses de 2006.
En todo caso, dejando aparte discrepancias y problemas estadísticos, puede concluirse que el patrón de crecimiento de la economía española, si bien genera desequilibrios, también es intensivo en empleo. Eso sí, el empleo temporal volvió a crecer más que el indefinido, con lo que la tasa media anual de temporalidad aumentó del 33,3% de los asalariados en 2005 al 34% en 2006. La caída que se observa entre el tercero y cuarto trimestre es puramente estacional, e incluso ha sido inferior a la del mismo periodo del año anterior (gráfico derecho). El dinero que están costando las subvenciones a las empresas para que utilicen la contratación indefinida parece que no está dando muchos resultados.
Como consecuencia del mayor ritmo de crecimiento de los ocupados respecto de los activos, los parados se redujeron un 3,9%, situándose en media anual en 1.837.100 personas. La tasa de paro media anual bajó del 9,2% en 2005 al 8,5% en 2006, cifra que se sitúa aproximadamente medio punto por encima de la media de la UE, donde el paro está descendiendo más rápidamente que en España, no porque allí se cree más empleo, sino porque la población activa crece mucho menos.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros
http://www.elpais.com/articulo/economia/Empleo/paro/2006/elpepueconeg/20070128elpnegeco_3/Tes

TRIBUNA: ÁNGEL LABORDA
Buen final de 2006
La primera semana del año no suele ser pródiga en publicaciones estadísticas, pero ahí hemos tenido, fieles a su cita de los primeros días de cada mes, los datos de afiliados a la Seguridad Social y de contratos y parados registrados en las oficinas públicas de empleo, referidos a diciembre del pasado año. Todos ellos han mantenido las tendencias positivas que venían registrando a lo largo de dicho año.
El paro registrado disminuyó en 291 personas según los datos originales, y en 6.200 en términos desestacionalizados, una cifra muy en línea con lo que ha sido la caída media mensual de 2006. En números absolutos, los parados registrados ascendían a finales de año a 2.022.873 personas, 80.064 menos que un año antes (-3,8%). La caída a lo largo del año, en términos relativos, ha sido superior en el colectivo de hombres que en el de mujeres, a pesar de que el empleo femenino crece notablemente más que el masculino, lo que se explica porque el número de mujeres que se han incorporado al mercado laboral (aumento de la población activa) ha sido bastante superior al de los hombres, como viene siendo habitual desde hace años. Por edades, la caída ha sido mucho mayor en los menores de 25 años que en los que igualan o superan dicha edad. Y por sectores, el mayor descenso se produjo en la industria, lo que tampoco significa que sea en este sector donde se esté creando más empleo (de hecho, no se crea), sino que los parados del mismo acaban buscando empleo en otros sectores o abandonan el mercado laboral (se jubilan); en cambio, en el sector que más empleo se crea, la construcción, el paro baja menos, pues en él los demandantes de empleo aumentan fuertemente, sobre todo los provenientes de la inmigración.
Los datos de contratos registrados y de afiliaciones confirman la creación de empleo que, trimestralmente, estima la EPA. En 2006 se registraron más de dieciocho millones y medio de contratos, un 7,9% más que en 2005, si bien sólo el 11,8% fueron de duración indefinida y el resto, temporales que se renuevan varias veces al año. El dato positivo es que los primeros, al amparo de las subvenciones contempladas en la última reforma laboral aumentaron fuertemente en el segundo semestre (gráfico central), con la consiguiente caída de la tasa de temporalidad, que ya recogió la EPA del tercer trimestre y que recogerá más aún la del cuarto. Lo que no nos han dicho de momento las autoridades de Trabajo es cuánto está costando al contribuyente la reducción en unos cuantos puntos porcentuales de la tasa de temporalidad y que lo mismo, y en mayor medida, se hubiera logrado mediante una reforma de verdad de la contratación y el despido laborales.
La afiliación a la Seguridad Social mantuvo en diciembre la tendencia de suave aceleración de meses anteriores, que viene enmascarada por el sesgo introducido por el proceso de regularización de inmigrantes de 2005 (gráfico derecho), pero que se observa claramente si se corrige la serie de dicho sesgo o si sólo se analiza la evolución de los afiliados nacionales. A partir de los datos corregidos, la media diaria de afiliados en el cuarto trimestre da un crecimiento interanual del 3,2%, unas dos décimas más que en el trimestre anterior, lo que permite prever que el PIB habrá seguido acelerándose en los meses finales del pasado año. Con estos datos, pronto tendremos que volver a revisar, al alza, las previsiones de crecimiento para 2007 que les comentaba la semana pasada
http://www.elpais.com/articulo/economia/Buen/final/2006/elpepueconeg/20070107elpnegeco_2/Tes

TRIBUNA: COYUNTURA INTERNACIONAL ÁNGEL LABORDA
¿Sintonía cíclica?
SONSOLES CASTILLO
El BCE mantuvo los tipos de interés en el 3%, pero señaló que habrá más subidas. De hecho, puso el semáforo en amarillo para dar luz verde a otro aumento de tipos en poco más de un mes y, previsiblemente, no será el último. El tono del comunicado del pasado jueves, con un notable énfasis en la fortaleza del crecimiento y los riesgos en inflación, deja lugar a pocas dudas. Para algunos puede resultar llamativo un tono tan alcista, teniendo en cuenta el sentimiento más cauteloso que se percibe en los mercados por la incertidumbre geopolítica y los primeros signos de desaceleración de la economía estadounidense. De hecho, el posible impacto que tendría este evento en la economía mundial parece ser uno de los aspectos que más están ponderando los mercados.
Por lo que respecta a la economía europea y su sincronía con la estadounidense, cabría reseñar varios aspectos. Primero, que no necesariamente una desaceleración o recesión de la economía estadounidense tiene que dar lugar a un episodio similar en Europa. El ejemplo más cercano lo tenemos en la recesión de Estados Unidos, fechada entre marzo y noviembre de 2001, que no tuvo su correspondencia en la eurozona. Segundo, siendo probable que Europa no pudiera aislarse de un episodio de menor crecimiento de Estados Unidos es relevante preguntarse por el cuándo. Aquí la evidencia empírica diría que el grado de sincronía cíclica máxima entre Estados Unidos y la eurozona se ha producido con un retardo medio de entre cuatro y ocho trimestres. Es más, cabe decir que el retardo con el que se produce esta correlación se ha ido acortando en la última década. Ahora se estima un retardo algo inferior, tres trimestres, lo que conduciría a pensar que una desaceleración en Estados Unidos tendría efectos en Europa en algo menos de un año.
Por último, está la cuestión de cuándo, esto es de la magnitud del impacto. Hablando siempre en términos de promedio, se comprueba que las fases de desaceleración son bastante más pronunciadas en Estados Unidos que en Europa, del orden del 60%, si bien es cierto que las salidas de las fases recesivas también son, en promedio, más rápidas en Estados Unidos. En definitiva, a pesar de las incertidumbres el BCE encuentra en el ámbito doméstico argumentos más que suficientes para seguir subiendo tipos
http://www.elpais.com/articulo/economia/Sintonia/ciclica/elpepueconeg/20060903elpnegeco_5/Tes

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