Todos los politólogos coinciden en que quien se aleja del centro político no hace más que distanciarse del poder. (Carlos Carnicero)
Lo que diferencia a un partido democrático de la facción es que ésta confunde los intereses de grupo con los generales y atribuye al resto, por mayoritarios que sean, la condición de sospechosos. Y ése es el eje básico de la estrategia de crispación. Mantener un estado permanente de sospecha. (Manuel Rivas)
Hemos pasado de un modelo de transición a un modelo de crispación. Hacer oposición es diferente del crispar. La derecha ha interiorizado la idea de que lo práctico para recuperar el poder es el crispar. Así que hoy tenemos en España malos opositores, pero buenos crispadores. Dirán las enciclopedias: Fulano de Tal fue un magnífico crispador. Mantuvo el país en vilo durante una década. Declinó en Colofón. (Manuel Rivas)
Los problemas tienen solución; los conflictos no. Los problemas se pueden resolver; los conflictos sólo se pueden disolver. (Justo Fernández)
Es de hombres prudentes resolver los problemas que les llegan y de imprudentes salir a buscarlos. (Baltasar Gracián)
Muchas guerras civiles tienen su origen en ese caldo de cultivo de premiar la obediencia absoluta a una sola idea, de exacerbar los ánimos radicalizando las posiciones, de meter en la cabeza ideas y pensamientos maniqueístas, etc. Un caldo de cultivo nada conveniente para una convivencia pacífica. (José Carlos Espinosa)
Si hay algo peor que el debilitamiento moderno de los grandes principios morales es el reforzamiento de los pequeños principios morales. (Chesterton)
Que me dejen donde caiga, y si alguien, un día, cree que mis ideas eran dignas de difundirse, que las difunda. Ésos son los únicos restos de un ser humano que deben ser movidos si lo merecen. (Manuel Azaña)
Un día, al salir de trabajar, entró en una librería. Una vez superado el miedo a que lo tomaran por un intruso (lo que era), tomó un volumen de filosofía al azar y leyó una página de la que no entendió nada. Esto deber ser la cultura, pensó, así que compró el libro, se fue a casa con él y se puso a leerlo en el sofá, frente al televisor mudo. [...] Luego comenzó a leer despacio aquellas páginas, moviendo la lengua dentro de la boca, sin entender nada. Y cuanto menos entendía, más sabio era. ¿Quién se lo explica? (Juan José Millás)
Es una burla llamarse liberal siendo conservador. (José Ortega y Gasset)
Después de una sesión en el Congreso de los Diputados, donde la bronca no ha dejado asomar un solo gramo de inteligencia, uno ve en las aceras a una multitud feliz y ajena a la política con bolsas de los grandes almacenes en la mano, más allá de cualquier nacionalismo. La bandera del Corte Inglés es hoy la verdadera enseña de la patria, el emblema de la unidad de España. (Manuel Vicent)
Abundan los cristianos que sienten la necesidad de asomarse al exterior de su caverna, salir fuera de las cuatro paredes dogmáticas en que fueron educados; cristianos que saben que el cristianismo tomó de Pitágoras la doctrina del cuerpo como prisión, que recogió de los egipcios el concepto de inmortalidad, que se inspiró en el budismo para el movimiento monástico; cristianos que conocen el legado judío, el helénico y, sobre todo, el romano: ya se sabe que la Iglesia quiso ser la continuación del Imperio Romano desde otras, no muy distantes, coordenadas (lo fundamentó San Agustín en La ciudad de Dios, y lo denunció el sagaz Hobbes a propósito del papado). Es frente a ese relativismo que se alzan las voces de la Iglesia oficial. (Salvador Pániker)
Eso es precisamente la política: el arte de la conciliación de visiones confrontadas. Los que juegan al irredentismo, por uno u otro extremo, no son políticos; solo son fundamentalistas. (Carlos Carnicero)
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