miércoles, 30 de mayo de 2007

Está de moda una nueva droga: la hipoteca

La hipoteca es la droga más extendida de este principio de siglo que nos contempla. Fácil engancharse a ella. La ofrecen por todas partes. Pero, ay amigo. Luego transcurren años, quinquenios, décadas hasta que uno consigue rehabilitarse del todo. Si es que lo hace. Especialmente nociva en rentas más bajas de la sociedad, como el resto de los estupefacientes. Su nociva carga financiera hace que sólo se viva para ella. Cuidado si, además, viene adulterada por parones inmobiliarios y subidas de tipos de interés. Letal para muchos. Angustiosa para los más. Propongo una recogida de firmas, tan de moda en nuestros días, para incluir la hipoteca en la lista de productos prohibidos. Referencia: McCoy.

Nunca un estupefaciente ha sido tan aceptado por la población. En su doble acepción: como estupor que produce en quien la contrata al saber que con altas dosis de probabilidad la adicción hipotecaria durará más que su matrimonio, tal y como está el patio; como contrato narcótico que se firma adormecidos los sentidos por el placer que produce la adquisición de un nuevo hogar, ¿dulce hogar? Hipotequémonos todos en la deuda final, dicen los comunistas. Cara al banco con la hipoteca nueva, expresa exultante la derecha extrema de otros tiempos. Todos unidos por la hipoteca, vínculo de conexión de la España encubiertamente federal de hoy. Gobernantes de todo color: hagan política de hipoteca y ganarán las elecciones, seguro. Palabra de honor.

La hipoteca lo mismo sirve para un roto que para un descosido. Que usted tiene un cerro de deudas y la vida le aprieta en el higadillo, no se preocupe: reunifique todo lo que debe al calor de su hipoteca que la garantía asociada a la misma le permitirá rebajar su tipo de interés de aplicación y alargar los plazos. Ah, bendita hipoteca adormidera. Cómo no te he conocido antes. Que la adicción es demasiado fuerte y el cuerpo no aguanta el ritmo de consumo financiero, tranquilo, ¡qué son cincuenta años para su pago! Con el envejecimiento actual de la población ya casi ni media vida. No se preocupe, la hipoteca es su amiga. No la abandone. Ella nunca lo haría. Alargue mejor los plazos. Si, como cantaba Camilo Sesto, ya no puede más, pues cambiamos la composición. Vaya poquito a poco y deje gran parte del principal del préstamo para el final que total, va a estar pagando intereses como un perro los mejores años de su vida. Adicto pero contento.

Bendita hipoteca. El umbral que permite el acceso a un brillante futuro sostenido por la seguridad de contar con una vivienda de su propiedad. O del banco hasta su pago, que eso es lo de menos. Ficción de ficciones. De ahí que ya nos ofrezcan la hipoteca sin azúcar, a tipos por debajo de Euribor los primeros años. Pruebe señora, que esto no engorda. Ideal para los que quieren mantener la línea. Consejo de amigo. No caiga en la tentación. Estas son las peores porque suelen llegar o cuando cae el consumo de la droga y se buscan nuevos alicientes o cuando hay tanta en el mercado que sólo así puede diferenciarse de otras de distinta calidad. E insisto, una vez que se prueba…

Como diría Rick en Casablanca, siempre nos quedará el alquiler, que financieramente parece más sensato en términos de asset allocation que la adquisición de una vivienda que no deja de ser un activo cíclico e ilíquido en el que concentramos la mayor parte de nuestra riqueza. Hasta ahora las revalorizaciones de las casas exigían al arrendatario obtener una rentabilidad a lo no invertido en la vivienda desmesurado. Sin embargo, parece que se avecinan tiempos nuevos, tiempos salvajes, que cantaran Los Ilegales. Si no ha sucumbido en la tentación de la hipoteca manténgase al margen. En caso contrario y si aún está a tiempo, desintoxíquese cuanto antes. Tirón de orejas bancario para mí. Con todo mi cariño desde mi posición agresivamente negativa en mi entidad financiera. Consejos vendo y para mí no tengo. Pues eso.

S. McCoy - 30/05/2007
http://www.cotizalia.com/cache/2007/05/30/98_busca_culpable_burbuja_liquidez_alguien_donde_metido_greenspan.html


La burbuja de liquidez y del precio de los activos

Hay veces que por mucho que uno se empeñe en explicar una cuestión, otro lo hace mucho mejor. Es lo que me ha ocurrido leyendo uno de los comentarios de Breaking Views del Wall Street Journal del pasado viernes. En él, el autor habla de la burbuja de liquidez y del precio de los activos. Suscribo íntegramente el discurso, aun a riesgo de equivocarme. Recojo los párrafos principales.

Exceso de liquidez. Una de las medidas de la liquidez del sistema son las reservas agregadas de los bancos centrales. En los últimos diez años dichas reservas se han multiplicado casi por cuatro y suponen el doble respecto al Producto Bruto a nivel global. La causa de esa expansión monetaria hay que buscarla en las políticas monetarias laxas de la mayor parte de las economías del mundo desarrollado. De hecho el acumulado M3 de oferta monetaria ha crecido al 10% anual en Estados Unidos en los últimos 12 años, cifra que crece hasta el 13,8% si tomamos el conjunto de dichos bancos centrales. Con esos crecimientos el sistema es, de todo, menos estable.

El exceso de liquidez no se ha trasladado a la inflación de bienes. Dicho aumento de la masa monetaria habría producido inflación en circunstancias normales. Sin embargo, en esta ocasión, ha coincidido con una revolución tecnológica (y una apertura de fronteras, cabría añadir) que han minorado los costes de producción. En el pasado revoluciones de esta naturaleza trajeron similares consecuencias. La inflación de bienes se ha mantenido estable alrededor del globo, salvo excepciones puntuales.

Sin embargo sí que ha provocado una inflación en el precio de los activos financieros. El incremento masivo de la masa monetaria sí ha provocado inflación el precio de los activos financieros y que los beneficios ligados a los mismos se hayan disparado. Pero nada sugiere que esos cambios vayan a ser permanentes. Son una alteración puntual derivada del exceso de liquidez. Cuando concluya podemos ver un colapso en los precios y una recesión a nivel global.

El riesgo está ahí. El impacto de una posible crisis no afectará a un solo país y Greenspan, mientras tanto, uno de los principales artífices de la burbuja de liquidez verá lo tarde que llegan sus advertencias. No tendrá donde esconderse.

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